El agua que bebemos (y con la que cocinamos)

El agua es imprescindible para la vida. El agua dulce es un recurso escaso y muy valioso, al que no damos todavía la suficiente importancia.

El agua ha sido y continúa siendo motivo de guerras por el territorio y su control.

El agua se va contaminando por las diferentes actividades industriales y agrícolas, y también, en menor medida, por las domésticas.

En otros países, la conciencia sobre el agua es mucho mayor, su gestión no está privatizada, y se demanda mucha información sobre cómo llega a las casas, cómo se trata para ser potabilizada, cómo se gestionan las aguas residuales, etc.

Si tenemos en cuenta el ciclo del agua, en dicho ciclo se va cargando de contaminantes:

  • Al llover, el agua va arrastrando las partículas gaseosas contaminantes, que acaban en el mar, en el suelo, en los ríos o en la tierra…
  • Cuando llega a la tierra, si ésta se cultiva intensivamente, se puede cargar de residuos de pesticidas y fertilizantes químicos. También se puede cargar de otros residuos (industriales, ganaderos…).
  • El agua que circula en manantiales suberráneos y en las capas de la tierra puede ir arrastrando, además de los contaminantes anteriormente citados, otros que pueden estar en la propia tierra: cal, arsénico, etc.
  • En los embalses puede haber contaminación por restos de animales, de productos químicos, etc.
  • De los embalses se capta el agua y se envía a plantas potabilizadores, donde se añade cloro, y se envía a los domicilios a través de las tuberías, que recorren muchos kilómetros.

 

El cloro se utiliza para eliminar bacterias y virus, y de este modo se potabiliza el agua. En algunos sitios que cumplen determinadas características se está potabilizando con otros sistemas. En Asturias no se suele añadir flúor al agua potable.

En el agua del grifo nos podemos encontrar con: manganeso, hierro, calcio, nitratos, cadmio, mercurio, arsénico, plomo, sodio, aluminio, cobre, niquel, etc.

Los más peligrosos serían el arsénico, el benceno y los metales pesados como mercurio, plomo, níquel, etc.

Todavía hay edificios construídos antes de los años 80 que tienen tuberías de plomo. Esto se detecta en un análisis de agua de tu grifo, si sospechas que las tuberías son de plomo sería recomendable realizar dicho análisis.

 

Límites legales

En esta guía de la OMS (Organización Mundial de la salud) encontrarás mucha información:

http://www.who.int/water_sanitation_health/dwq/gdwq3rev/es/

Está bastante completa, con reseñas toxicológicas e información sobre sustancias químicas.

 

Cómo ayudar a no contaminar el agua

  • Utiliza productos de limpieza ecológicos. Todo lo que tiramos por nuestros retretes y cañerías contamina los ríos y de ahí pasa al mar, y cuanto más trabajo les ahorremos a las depuradoras de los ríos, mejor. Además, las depuradoras de los ríos no lo filtran todo…
  • Al menos en Asturias, en las tiendas ecológicas tienes los productos de limpieza a granel, muy bien de precio. Si llevas tus propios envases, además, es más ecológico, ya evitamos también la contaminación de fabricar los envases y de gestionarlos una vez que se convierten en residuos.
  • Utiliza productos ecológicos, no sólo de limpieza: también de cosmética e higiene personal, de alimentación, etc.
  • Evita tirar por el WC ese sinfín de objetos que no tendrían que pasar por ahí: compresas, tampones, bastoncillos de oídos, colillas, medicamentos, pilas, etc. Especialmente pilas y medicamentos, que son residuos peligrosos y deben depositarse en sus contenedores correspondientes.
  • Lo mismo con el aceite usado: el que sobró de freír, el de la lata de conserva… por favor, no lo tires por el fregadero, guárdalo en una botella de aceite vacía y llévalo a reciclar. Los ríos y mares te lo agradecerán.

 

¡Muchas gracias por colaborar!